jueves, 9 de octubre de 2008

CONCLUSIONES DEL TRABAJO

El presente informe deja ver –entre otras cosas- la marcada diferencia entre las convicciones e ideologías de las Tribus Urbanas pertenecientes a la modernidad y la posmodernidad. Como vimos, cada una de éstas impuso –directa o indirectamente- sus caracteres en las hijas que engendraron. Así, las represiones y rectitudes de la era Moderna dieron lugar a una insurrección contracultural que marcó un hito en la historia de la humanidad. Y así también la banalidad y trivialidad tan exclusivas de la posmodernidad generaron agrupaciones -en apariencia- también banales y superficiales. ¿Por qué aclaramos que en apariencia? Pues bien, es cierto que la devaluación del conocimiento y la educación es una de las tantas vaciedades de nuestra vertiginosa era Posmoderna. Es cierto también, que muchos de los jóvenes que actualmente pertenecen o adhieren a alguna de las tribus que pululan por las ciudades, no está totalmente consciente de por qué lo hace o para qué. Pero también es verdad que ninguna agrupación subcultural surge sin intenciones revolucionarias.
Pese a que no puede considerarse a las actuales Tribus Urbanas como movimientos contraculturales, sí puede afirmarse que poseen, al menos incipientemente, una consciencia contestataria. Ésta se refleja, principalmente, en el desacuerdo y oposición con los patrones de comportamiento generales. En su intento de diferenciarse del resto de la sociedad en la forma de vestirse, de peinarse, de comunicarse, etc.
Así como en la Modernidad se acortaban las faldas de las mujeres, se quemaban sostenes, se maquillaban los rostros de blanco y se consumían drogas para reclamar libertad a los cuatro vientos. Así hoy los jóvenes ocultan sus rostros, se recluyen en Internet, se visten y se comportan de modo diferente y hasta se auto-flagelan para demandar límites en una sociedad devastada por el libertinaje.
Claro está que, en muchos casos, no existe consciencia de esto y que la pertenencia a una agrupación pasa sólo por una cuestión de moda o tendencias efímeras. Pero esto de ninguna manera es exclusivo de la Posmodernidad, ya que es innegable que también las subculturas modernas, en algunos aspectos, se quedaron sólo en lo decorativo.
Por todo esto, podemos argüir que la desvalorización del conocimiento y la educación en las Tribus de la actualidad son simplemente una consecuencia del momento cultural en que vivimos. Es la SOCIEDAD en general la que no valora el saber y si las agrupaciones juveniles configuran una sublevación contra ella, lo hacen también –aunque implícitamente- contra la devaluación cultural.
Vivimos en un mundo en el que los valores, proyectos e ideales de la Modernidad parecen ya no ser la respuesta adecuada a los nuevos problemas a los que nos enfrentamos. Las condiciones de vida nos han transformado y, en esta metamorfosis, las instituciones educativas han quedado apabulladas, oscurecidas, descalificadas. No obstante, la escuela cumple hoy más que nunca, una función social irrenunciable y el valor del conocimiento que ella debe ayudar a construir a los niños y jóvenes, es y será una de sus herramientas más valiosas.
Como futuros docentes, creemos necesario poder comprender estas transformaciones, estos nuevos escenarios y, sobre todo, estos nuevos actores de la educación como un acontecimiento que implica una ruptura histórica donde ya el pasado no tiene modo de ser recuperado en su formato original. Parafraseando a Cecilia Bixio[1], admitimos que se debe cambiar la melancólica nostalgia por la añoranza, puesto que ésta nos permite volver la mirada al pasado y reconstruirlo a futuro. Porque se añora lo perdido pero también aquello que no ha sido posible, que aún no fue. En este sentido, somos los docentes quienes poseemos las armas para pelear por la educación y acompañar en esta guerra cultural, a una juventud que al menos inconcientemente, ha dado los primeros cañonazos…




[1] BIXIO, Cecilia. “Los nuevos escenarios de construcción del conocimiento”. En BOGGINO, Norberto. “Convivir, aprender y enseñar en el aula”. Cáp. 5. Pág. 94- 95.


Bibliografía

BOGGINO, Norberto. (2005). “Convivir, aprender y enseñar en el aula”. Santa Fe, Argentina. Homo Sapiens.

ETCHVERRY, Guillermo Jaim. “La tragedia educativa”. Fondo de cultura económica. Buenos Aires. 1992.

TERMINILLO, Oscar. “Tribus Urbanas II”. Editorial Bonum. Buenos Aires. 2002.

Revista de Cultura Ñ. Nº 204: “Todo comenzó en los ‘60” (Edición especial). Sábado 25 de agosto de 2007.

Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud. Vol. 4. Nº 2. 2006. “Generación XX. Teorías sobre la juventud en la era contemporánea”.

Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Web Sites:

http://www.elliberal.com.ar/secciones
http://es.wikipedia.org/wiki/Flogger
http://www.geocities.com/CollegePark/5025/mesa6c.htm

No hay comentarios: